A menudo se escucha hablar sobre la «separación de Iglesia y Estado». Muchos asumen que esto significa que el gobierno debe gobernar sin tener en cuenta a Dios. Pero esa idea es una distorsión de la verdad.
En este minilibro, el Dr. R.C. Sproul explica de dónde obtiene el gobierno su autoridad en última instancia: de Dios mismo. Dios ordenó el Estado para proteger la vida y promover la justicia. Los cristianos deben respetar y honrar a sus autoridades terrenales, pero al mismo tiempo recordar que Dios es la máxima autoridad de todas.
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